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El corte ideal

Debe tener cuatro o cinco centímetros de grosor y estar cortado perpendicularmenteasegurando el mismo tamaño por ambos extremos para obtener un asado uniforme.

La parrilla perfecta

Recomendamos parrillas inoxidables en V. Su forma permite que la grasa caiga limpiamente en una bandeja externa a las brasas, evitando que se genere llama.

La temperatura idónea

Un alto poder calorífico es fundamental, esperar hasta que las brasas sean óptimas. La propia pieza debe tener una temperatura adecuada. Sacarla de la heladera, una hora antes de empezar a cocinar.

En el asado diferenciamos dos fases:

  1. Sellar la carne hasta adquirir un color tostado. Habrá que asar la pieza por las dos caras de tres a cinco minutos.
  2. Conseguir la fusión y confitado de sus grasas y jugos interiores. Habrá que voltear la carne un par de veces más como mínimo.

Es una de las piezas más alabadas, no solo por su espectacularidad al primer vistazo, sino por su exquisito sabor y terneza, que enamoran hasta al paladar más delicado.

Cómo lograr que su preparación sea más sabrosa y nutritiva:

El fuego debe ser vivo y debe estar muy caliente. Regar con aceite y no darle la vuelta a la pieza hasta que esté muy dorada. Evitar siempre el contacto directo de las llamas con la carne.

Si le gusta poco hecha, dorar un minuto por cada lado (o menos según el grosor). Si la prefiere más pasada, manténgala primero un minuto por cada lado para cerrar los poros y luego ásela dos minutos más, dándole la vuelta otra vez. Son preferibles las piezas y cortes gruesos, que tengan tanto grasa de cobertura (exterior), como infiltrada (interior), ya que resulta más jugosa.

¿Cómo saber que la carne está en su punto?

Puede ayudarte el truco de las “tres tonalidades”:

  1. El color tostado exterior.
  2. Medio centímetro de tono gris.
  3. Un rojo intenso en el interior.

¿Cuándo salar el chuletón?

El momento idóneo para salar la pieza, no es al final –como hemos escuchado en muchas ocasiones–, la sal también se cocina, por lo que tiene que pasar por la parrilla junto con la carne.
Tras el primer volteo de la pieza, sobre la parte ya sellada, debes echar la sal marina gruesa. ¡Y no repares en gasto!, cuánta más, mejor. La propia carne se encarga de absorber la que necesita.

Emplatado

Una vez retires tu chuletón de la parrilla, ponlo en un plato de gran tamaño y separara la carne del hueso.
Si vas a compartirlo –te rogamos que lo hagas, ¡que es de un kilo!, se puede servir con la carne cortada en tiras finas.
No tires la grasa, es de procedencia natural y su sabor es… mejor pruébala.